miércoles, 10 de septiembre de 2008

Sleeping Less Every Night


Me imagino sentado en un precipicio

Al lado de un puente inestable

Estoy sentado y tengo frío

La gente cruza por mi lado

Con la misma mirada en la cara

Tu estas entre ellos

Los colores están difuminados

Como si pudiera mezclarlos con el dedo en el cielo

Los andares mecanizados

Con la precision de una maquina llena de grasa seca

El lento balanceo del puente me hace estremecer


Vivo en 1984 con diazepam

Desayuno cada dia con el señor barbitúrico

Por las tardes tortura mi mente

El señor ansiolítico con sus historias de guerras olvidadas

En el paseo de la noche suelo encontrarte Mr. Antipsicótico

Solo 3 dosis por dia, asi lo dicta mi nota en el brazo

Siempre espero acurrucado cuando llueve

Y mojado no puedo ir a buscarte

Atando mis recuerdos con cadenas

Para que no se disuelvan

Me he calado hasta los huesos

En esta mierda de lluvia roja


Ojala pudiese parar

Pero demasiadas veces, demasiados años

Demasiados miedos han impedido

A la gravedad hacer su trabajo

Sigo mirando fijamente el fondo

Siento que tengo que librarme de este peso

Echo la ultima mirada a tu puente

Aun estas allí sin darte de cuenta de mi presencia

El viento llega, la lluvia arrecia

Es el momento de conocer

Que hay en el profundo lago rojo


Si algun dia te miras los pies

Entre rendijas de madera

Podras verme caer

Como caen las hojas en otoño

No hay razones, no hay causas

Simplemente es el momento.
PD. Me voy de vacaciones. No volvere hasta octubre. Saludos a todos.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Gangrena Gaseosa

AVISO: Este relato contiene partes que pueden herir la sensibilidad. Gracias.



Gritos en la oscuridad, ya no puedo soportar el dolor. Me he limpiado la herida tantas veces que ya no sabría contarlas, pero sigue igual, aun peor si cabe.
Tengo desde hace semanas un agujero en el pie. Tan grande que al momento de crearse podía ver partes blancas dentro de él. Pero no puedo ir a ningún médico.

He probado toda clase de desinfectantes y no ha dado resultado, las partes rosadas que antes mostraban mi carne, se están ennegreciendo por momentos, y toda la zona se está hinchando como un globo. Ya no puedo seguir esperando, necesito medidas drásticas.
Cojo mi chaqueta y aprieto los dientes cada vez que doy un paso, el dolor es insostenible, pero tengo que aguantar.

Cojeando llego a la zona indeseable de la ciudad, tan peligrosa que la policía ya no pasa por aquí. Con un poco de suerte tendré tiempo de volver antes de que se percaten de mi presencia. Entro en el primer portal donde veo la señal de un camello y subo las viejas escaleras de madera medio encharcadas, procurando apartarme de los hongos de las paredes. En el primer piso está la misma marca en la puerta, hecha con tiza blanca. Llamo.

- Que quieres. – Una voz de hombre me da la bienvenida al submundo desde el otro lado de la puerta.

- China White.

Oigo claramente a alguien que utiliza la mirilla y después pasa lo que parece una eternidad antes de que se abra la puerta. Es un intermediario chapucero, pero seguramente tenga colegas armados en el piso. Tendré que andarme con cuidado, pero ese dato es precisamente indicativo de que estoy en el sitio correcto para mis intenciones.

- No tengo nada mas fuerte que San Pedro colega

- No me jodas. He visto la marca del China White.

- Yo no tengo esa mierda.

Me vuelve de nuevo el dolor inaguantable y no puedo evitar que se me escape un grito ahogado. Tengo que morderme la lengua hasta hacerme sangre para dejar de temblar. Se ha dado cuenta.

- Si que estas jodido chico.... Y obviamente no eres un poli, ninguno iria arrastrándose en tu estado para entrar aquí. Dime que es lo que quieres.

- TE LO ACABO DE DECIR! – Grito para olvidar el punzante dolor que me avisa de que mi pie está a punto de morir, y de arrastrarme a mi con él.

- Tranquilo hombre, no hace falta gritar.... – Gira el cuello y busca con la mirada algo dentro del piso. Hace un gesto afirmativo y en el acto cambia de actitud. – Serán quinientos. Espera un momento.

El desaparece dentro del piso y oigo sus pasos perderse hasta llegar, supongo, a la habitación que hacen servir de laboratorio. Tengo sudores frios y mareos continuos. Estoy seguro de que la fiebre me está subiendo rápidamente y mi corazón está fuera de control. Empiezo a molestarme con la tia que me hizo esto, lo estoy pasando bastante mal.... La puerta se abre y el portero me enseña la bolsa.

– Esta mierda anestesiaria a un caballo. No vayas a cagarla.

- No me jodas mamá. Toma la jodida pasta.

Mi mano se mete en mi bolsillo temblando y saco los billetes. Cojo la bolsa y me largo escaleras abajo. A cada paso la cosa empeora y estoy a punto de perder el conocimiento un par de veces, pero logro rehacerme y seguir andando antes de caerme redondo al suelo.

Me han jodido bien. Pero ha sido por mi culpa, ¿como pudo pasárseme la navaja que tenia debajo de la almohada?. Error de principiante, maldita sea. La cosa estaba empezando a ponerse interesante cuando le dio por acuchillarme. Mala suerte.

Consigo llegar a mi piso y haciendo un sobreesfuerzo abro la puerta. Vamos un paso más y estarás en el sofá. Pero antes necesitas los instrumentos.

Vacío una botella de alcohol en un jarrón y pongo el cuchillo mas grande de la cocina y unas tijeras dentro. El hierro de la cocina de tapar el fuego y el cinturón también los necesito, así como el vendaje de compresión lleno de pomada antibiótica. Todo ha de estar calculado al milímetro.

Enciendo la chimenea y tiro el hierro dentro. Muevo el sofá hasta estar cerca y traigo el taburete de la cocina. Lo preparo todo con esmero y con calma, pues solo podré empezar cuando esté fuera de mi cuerpo, mirando desde arriba.

Me preparo con calma. No puedo tener prisas ahora, una mínima equivocación y todo saldrá mal. La técnica requiere su tiempo, no se puede acelerar. Es todo un arte hacerlo bien.

Veo crepitar mi anestesia en la cuchara, ahora ya está listo. Absorbo y la mezclo con mi sangre. Al empujar el émbolo hacia dentro, mi espíritu salta de mis tripas, intentando salirse por mi boca, y después de unos segundos, lo consigue.

Ahora todo está ralentizado y vivo fuera del tiempo. Pero no puedo perderme en el placer demasiado tiempo, tengo trabajo que hacer. Cojo la jeringuilla y me la clavo en la mano suavemente. No siento nada. Es el momento.

Tengo el pie tan hinchado que ya no puedo sacarme la zapatilla. Cojo las tijeras y la voy cortando por los laterales, mientras veo como un monstruo deforme aparece, liberado de su prisión de cordones. Está peor de lo que imaginaba.

Ya no queda nada que me recuerde a un pie, es una masa deforme de un color rojo oscuro, con multitud de bultos que parecen erupciones y lo que antes era negro se ha vuelto púrpura. Es precioso. Ojala pudiera tocarlo, pero se que si lo hago seguramente moriré en minutos.

Aun se puede ver la forma de la hoja que me atravesó la carne, con la forma típica de haber retorcido el arma dentro. Gran trabajo Darling. Seguramente los asesinatos de mis otras víctimas habian llamado tu atención y yo habia bajado la guardia. Cosas que pasan. Debí darme cuenta, pero estaba demasiado excitado.


No se asustó cuando le enseñé los artilugios que tenía, solo me pidió mas dinero. Pero una vez llegado el momento, me dejé dominar por la ansiedad en vez de controlar la situación. Lo tenia todo listo ya para disfrutar despedazando su bonito cuerpo, pero ella se adelantó y me clavó un cuchillo enorme en el pié. Se largó corriendo y yo tuve que huir. Después de arreglarme yo, pienso saldar cuentas con ella, eso seguro.


Cojo el cinturón y me hago un torniquete por encima del tobillo, me la coloco encima del taburete y cojo el cuchillo. Antes de empezar necesito despedirme de el, necesito tocarlo. Alargo la mano y toco en el centro de la inflamación. Mi dedo se hunde casi imperceptiblemente y veo crepitar el interior. Se forman curiosas hondas, que se expanden, haciéndome temblar aunque no siento nada. Algo va mal y lo noto, me estoy desvaneciendo, y dentro de poco ya no existiré. Tengo que darme prisa.

Observo como mis ojos me ofrecen ahora una visión lluviosa, mientras no paran de abrirse y cerrarse con fuerza involuntariamente. Estoy sudando como un cerdo y noto que me estoy ahogando. Apoyo el cuchillo por encima del tobillo y consigo concentrarme para no cometer errores, ahora no puedo fallar.

La primera envestida es limpia, pero según voy avanzando los huesos y los tendones me dificultan el camino. Estoy perdiendo la cabeza por momentos. Ahora mi grotesca extremidad se ha convertido en un tronco de madera, y estoy sentado en medio de un campo de maíz. El aire corre oxigenando mis pulmones y si alargo la mano el tacto áspero de las espigas me hace cosquillas.

No soy consciente pero sigo cortando subiendo el esfuerzo cada vez, oyendo como la madera va cediendo a mi persistencia. Miro al frente y veo a mi madre animándome, prometiéndome una rica cena cuando acabe de cortar la leña. A su lado está mi padre, clavando la hazada en el suelo una y otra vez, sin descanso.

Vuelvo a mirar a la madera y veo que casi está, he vencido la parte mas dura y ahora solo me queda el último corte. Aprieto con fuerza el mango y el cuchillo corta la madera en dos pedazos. Me río y noto el sabor salado de mi sudor en los labios.

Miro al frente y vuelvo a ver a mi padre, clavando la hazada sin descanso, pero esta vez no la clava en el suelo, sino sobre mi madre, y todo está lleno de sangre. Una y otra vez, sin descanso, mientras tararea la canción de los enanitos de Blancanieves. Tengo que salir de aquí.

Cierra los ojos. Respira, uno, dos. Abre los ojos.

Ya estoy en la habitación. Alargo la mano hacia la chimenea y cojo el hierro incandescente. Tiene que ser sin pensar, hazlo rápido. Miro mi pierna y está aprisionada por la cuerda, de color morado. La deformidad está en el suelo, medio deshaciéndose en su jugo.

Agarro con las 2 manos el hierro y un segundo antes de que llegue a ponerlo sobre la incisión ya huelo a carne quemada. Sale un montón de humo pero aún no puedo anular la presión, un par de segundos mas y ya será suficiente.

Separo el hierro del muñón y lo pongo de nuevo en la chimenea. Rápidamente cojo las vendas rociadas de pomada antibiótica y me comprimo el muñón. El dolor me invade de nuevo y es tan intenso que no puedo pensar, un tremendo escalofrío me recorre la espalda y me tensa el cuerpo tan fuerte que estoy a punto de partirme por la mitad.

Ahora es mi padre el que ha traspasado los límites de mis sueños, y está dentro de la chimenea, totalmente quemado y con el cuchillo con el que me cortado en la mano.
Me falta oxígeno en el cerebro. Tengo que aflojar el torniquete. Rápido. Intento alargar la mano pero la tensión a la que está sometida mi cuerpo me lo impide. Empiezo a oir al canción de los enanitos muy cerca. RAPIDO!

Consigo aflojar el cinturón y me desvanezco un par de segundos, cayendo al suelo. Veo que el cuchillo está ahora en mi mano y que no hay nadie en la chimenea.
Me miro la pierna y no parece sangrar, pero empieza a doler de verdad, asi que necesitaré otra dosis de mi calmante.

Unos días de reposo y te encontraré, allá donde estés. No hemos terminado de jugar.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Giger (Vol3)


G - ¿Que es lo que te hace ser así? ¿Qué coño te impide querer ser feliz?. Porque si no lo sabes no podrás remediarlo, y si no puedes arreglarlo, jamas vas a poder disfrutar de la vida, y eso, es mogollón de chungo.

- Si... Tienes razón. (un pelo rubio y una risa infantil escaparon de la carcel de mis recuerdos y atravesaron mi cerebro como una bala) Joder, me ha venido a la mente ahora de una chica de mi clase de cuando tenia 10 años, y no se porque.

G - ¿Ostia, que movida. Que chica de 10 años?.

- Una que iba a mi clase. Te explico. Cuando tenia 10 años, a los chicos de mi clase les atraia el “prototipo”. Ya sabes... Niña buena con el pelo rubio, buenas maneras y aplicada. Ese prototipo iba a mi clase en el colegio y se llamaba Sonia. Ella era el centro del mundo para todos y no entiendo porque. Todos hablaban de ella... Pero nadie hablo nunca con ella sobre esa atracción que ejercía sobre los demás.

G - ¿Pero tu si que lo hiciste, verdad?

- Si tio. A veces jugaba con nosotros a la cuerda, y un dia me quede hasta mas tarde para hablar con ella. Le dije que habia cosas dentro de mi que no entendia cuando la miraba, y que pensaba que la queria.

G - Con 2 cojones si señor. Con 10 años y ya buscando ligues.

- Jajaja. No calla, es en serio. Ella se quedo mirándome unos segundos y sacó todo un arsenal de amabilidad y aplomo. Cualquiera hubiese dicho que se lo decian cada dia. Ya sabes, lo tipico de, eso es muy bonito, dame tiempo y te respondere, y esas chorradas...

G - ¿Te contesto?

- No. Jamas volvimos a hablar del tema. De hecho creo que no volvi a cruzar palabra con ella.

G - Tio, como ibas a quererla si tenias 10 años y no habias hablado con ella nunca.

- Estoy seguro de que queria algo de ella.

G - ¿El que?

- Queria destruir la atracción que creaba, queria acabar con todo lo bueno que ella representaba. Aunque reconozco que si me hubiera dicho que ella compartia mis sentimientos, no hubiese sabido por donde empezar. Pero si los compartia toda la magia que la envolvia iba a desaparecer de repente. Asi que no me costo decirle todo aquello, porque creo que en el fondo, aunque pensara que lo sentia, no era verdad.

G - Ya de pequeño eras un cabron.

- Cierto. La verdad es que creció y se dejó completamente. Recuerdo que en el viaje de 8º entramos por sorpresa un amigo y yo en su habitación y la de sus compañeras, y olia a sexo que echaba para atrás. El colega se lo conto a todo el mundo y empezaron a decirle pajillera. Al dia siguiente su compañera de habitación se intento suicidar con aspirinas.

G - Jajaja que dices tio.


- Si, al parecer el novio la llamó y le dijo que se habia liado con otra y que adios muy buenas. Se metio lo primero que encontró. Los profes se enteraron y se lio una gorda. De hecho hicieron una especie de juicio al pie de la piscina donde hablaron con las 3 chicas.

G - ¿Como lo sabes?

- Porque espiábamos desde lejos. Ellas no paraban de llorar y los profesores solo gritaban. La verdad es que daban pena, pero la gente se rio de ellas durante años. Despues Sonia fue a un instituto lejos del que le tocaba y no volví a saber de ella, hasta que me contaron que la echaron del instituto.

G - ¿Por qué?

- No lo se. Lo que si se es que se convirtió en una chica fácil, dejándose hacer de todo a las primeras de cambio. De hecho la llamaban “La Perro”.

G - ¿Y eso porque?

- Porque le gustaba lamer y ponerse a cuatro patas.

Reimos durante minutos como locos. Estas partes siempre eran las mejores.

G - Como coño te has acordado de eso?...No me extraña que estes mal de la cabeza tio. .... Ponte serio por un momento tio, quiero hacerte una pregunta.

- Dime.

Me hizo la unica pregunta que no sabia responderle.

G - Y ahora que.

- ....

G - ¿Ya no sabes que decir?, la has jodido pero bien, y lo peor es que lo sabes. ¿Acaso no piensas volver?.

- Solo he sacado un billete de ida.

G - Has huido vilmente.

El lanzó su puño con una fuerza tremenda y me acertó en el pómulo derecho. El impacto me hizo girar la cabeza de lado y por poco pierdo la consciencia.
El dolor sordo de la parte derecha de la cara comienza a extenderse y me atraganto con mi propia sangre. Escupo.

G - Se que te acuerdas tio – Me decia - ¿qué te dije que pasaria si te encontrabas asi?

- Que si era tan gilipollas como para dejarla escapar me darias una paliza – respondí mientras escupía sangre. – Pero no hacia falta que me saltaras dientes.


G - Yo suelo cumplir mi palabra.

- Ya podias haber dicho que me harias una mamada – Debia tener un aspecto patético con la mitad de la cara roja y sangrando por el labio.

G - Ya te gustaria . Que pasa con tus colegas de aquí, ¿saben que has vuelto?

- No, ni lo van a saber. Tu eres el unico amigo de verdad que he tenido nunca.

G - Vete a la mierda. – Se le notaba la cara de orgullo, pero se resistia a mostrarme un sentimiento afín. El era así,tan buena persona que si le mirabas a los ojos no hallarias rastro alguno de maldad, pero en cambio se incomodaba en estos temas.

- No. En serio. A todos los demas les he importado una mierda realmente. Nunca he estado a gusto en su compañía, pero contigo es dintinto. Siempre me he mostrado tal y como soy tio. Nunca he tenido que esconder ninguna faceta mia, y tu siempre has estado de mi lado cualquiera que fuese la estupidez que hiciera. – Este monologo ha debido de quedar fatal, puesto que lo he soltado mientras me busco restos de sangre en las encias.

G - Joder tio... Eso me ha llegado. Eres un jodido poeta cuando te lo propones...
¿Pero sabes que te digo? Con ella también podias ser así, yo te he visto con ella...

- Si.... ( empecé a sentirme imbecil, pero se me ocurrió como salir del barrizal)- Ojala fueramos gays, asi seriamos la pareja perfecta.

G - Jaja. Y mi padre me mata! Ya sabes como son los musulmanes con este tema.

- Por eso mismo, los musulmanes os limpiais siempre el culo con el bidé. No habria problemas en ese aspecto.

G - Menudo maricón estas tu hecho. Pero es cierto eso que dices. Yo siento lo mismo contigo, los demas son solo colegas de borracheras o tonterías. Tu eres auténtico, lo supe desde el primer momento que te vi. Con el paso de los años te has convertido en un amigo de verdad.

Me habia quedado de piedra. No solia abrir su corazón de esta manera,. Siempre que estabamos juntos nos salian los sentimientos mas profundos pero no eramos conscientes de que alguno de los 2 necesitara de esas palabras. Ahora el era consciente de que yo las necesitaba. Se dio cuenta de que estaba hundido mucho antes que yo, y eso me asustaba.

- Gracias tio. No sabes como me reconforta oirte decir eso. – Dije con voz temblorosa.

Nos miramos con la cara que seguramente se miran las mujeres cuando sienten una union que es inquebrantable, pase lo que pase. Ese rollo de si te caes hacia el infierno yo ire a buscarte. Pero no lo demostramos físicamente. Yo lo se y el lo sabe, con eso basta.

G - Ya sabes que yo con mi novia lo pasé muy jodido, pero aun entonces sabia que tenia que hacer, en mi caso llorar y dejar que pasara el tiempo.

- Pero tio..tu lo has superado.

G - Por eso te lo digo. Yo no la queria. Pero me llevo tiempo darme cuenta, que no averiguarlo. Lo sabia desde el principio pero me resistia a aceptar la verdad. Por eso tienes que averiguar que es lo que quieres de verdad, y una vez lo sepas, lanzarte a por ello.

Hice una pausa pensando en que nadie me habia dicho tan directamente que me dejara de tonterías adolescentes y creciera un poco.

- Suena bien tio.

G - Claro... Pero hasta entonces.... Tendras que matarte a pajas.

- Si... ¿Te las has hecho alguna vez con toallitas desmaquillantes?, son tan suaves y esponjosas....

G - Joder, estas enfermo.

- Lo se...... Camarero!!




.

.

.

.

FIN





PD: He puesto en las 3 partes una G cuando empieza Giger a hablar, para que sea mas fácil seguir el texto. Gracias a todos.