miércoles, 21 de enero de 2009

Get together one more time


Me siento como un astronauta explorando un nuevo mundo.


Completamente perdido desde el primer paso sigo asombrandome con todo lo que veo. Efectivamente este es el momento en que he perdido la consciencia racional gracias a los alucinógenos. La luz del sol reflejada en la ciudad me hace preguntarme porque el ser humano es tan limitado en su estado normal. Como no puede pararse sin límite de tiempo a admirar esta belleza de tonalidades diferentes, cada una con un matiz de belleza extraordinario.


He puesto mi corazón sobre el hielo demasiadas veces, enterrando junto a él todo lo que pensaba que no existía. He neutralizado la parte de mi cerebro de donde provienen mis fantasmas y monstruos. Quería ir hasta su cueva y decirles que no les tengo miedo y que sé de donde vienen, y que solo salen porque yo les doy permiso. Quería que supieran que no pueden dominarme porque soy mas fuerte que ellos.


Pero al sumergirme en lo abstracto he descubierto que no existe la oscuridad total en mi corazón, sino que soy capaz de apreciar la belleza que me pasa normalmente desapercibida. Giger está a mi lado y me dice que todo va a salir bién, que no tengo nada de que preocuparme, que disfrute el momento.


Nisiquiera a él le puedo decir lo sorprendido que estoy de no encontrarme las visiones horrendas que tengo normalmente. Seria demasiado egoísta estropearle su viaje hablando de cómo me siento yo.


Seguimos caminando calles y calles y cada vez me siento mas a gusto y relajado. Creo que podría dar vueltas por esta ciudad durante días enteros. He dejado de preocuparme por las toentrías que normalmente saturan mi mente y disfruto como nunca. Disfruto porque soy capaz de ver lo bello que Giger me enseña y lo que no también. Disfruto porque no tengo una sombra acechándome en cada esquina, esperando torturarme. Disfruto porque soy feliz. Quizá tendría que empezar a asumirlo de una puta vez.

lunes, 5 de enero de 2009

There´s nothing left to run

Podria intentar justificarlo de alguna manera, podría incluso argumentar que era lo que tenía que pasar. Que todo el mundo necesita su drama, que Burroughs era un reprimido que escribia totalmente ido al igual que Bukowsky lo hacía borracho, mostrando su desprecio hacia cualquier ser humano.

Así que yo tenia que ser igual para llegar a las mas altas cotas de mi frustración, que es por y para lo que escribo. No puedo escribir palabras bonitas porque el mundo no lo es ni puedo contar historias ajenas a mí, porque entonces no tendría nada que contar. Y si no me afecta directamente a mí no encuentro las palabras necesarias, tengo que hacerlo mío.

Podríamos decir que era feliz y por eso hemos llegado a este punto. Mi estado no se correspondía con nada que hubiese oído o leído, no se refería a sentimientos desgarradores y a sonrisas tontas cada 10 minutos. Simplemente era paz de espíritu. Me sentía bién a cada momento y era incapaz de arrancar mi alma de esa quietud tan adictiva.

Se podría decir que siempre había andado por una carretera paralela a realidad, y de repente giro en un cruce y me encuentro gente que se preocupa realmente por mí y me aprecia, que me rodean con sus brazos formando círculos, yo lo agradezco pero es entonces cuando me siento aprisionado. Y como la sabina de Kundera necesito huir porque he perdido los alicientes que hacían esta vida interesante.

La novedad, el sentirme aceptado y a la vez afortunado, es lo que hace que pueda ver las miserias de las demás desde un punto diferente, desde el cual las mías han quedado reducidas a cenizas. Insignificantes, tanto que ni las recuerdo. Y es de ahí desde donde expulsaba todos mis demonios afuera. Ya no puedo evocarlo en este estado, y necesito acudir a los métodos que los grandes antes mencionados utilizaron.

Lo uso para violarte desde dentro. Me introduzco en tu ser y te despojo de todas las barreras que pones a los demás, solo para ver cómo eres sin tapujos. Y cuando ya sé cómo puedo manejarte empieza el juego.. Te llevo de un extremo al otro meciendo suavemente tu conciencia, para que creas que lo haces por voluntad propia. Te sometes sin saber porque lo haces realmente, sin preguntas.

Solo te entregas totalmente hasta que lo has perdido todo. Pero ese segundo intenso es lo que yo nunca podré hacer, envidio mi propia creación porque solo puedo verlo desde fuera aun a pesar de haberlo vivido. Todo es una mentira aun a pesar de ser la más cruel de las verdades.

Ahora me he dado cuenta y necesito mas. Necesito nuevo ruido y nuevas ciudades, necesito nuevas formas de pervertir mi alma de nuevo antes de que acabe por recuperarla. Necesito un poco de aire.

Nunca estaré tan cerca de la paz absoluta como ahora, pero estar en guerra es lo único que me permite seguir avanzando. Si, soy un cobarde, pero tengo que serlo, no se otra manera de hacerlo.