jueves, 17 de julio de 2008

My Weakness

Siempre he sido bastante pobre en cuanto a relacionarme con los demás. Siempre he sido un espíritu errante al que la socialización le era demasiado difícil. Mi apariencia física nunca ha ayudado a mi integración social, con kilos de más, bolsas en los ojos, la nariz llena de granos y un aspecto demacrado, de total dejadez. Nunca me ha entristecido el aislamiento al que he sido sometido por los seres de mi especie. En general por las mujeres. Siempre me han odiado, ni siquiera he sido para ellas el triste mejor amigo que sueña con follarselas, mientras oyen sus confidencias mas húmedas destrozándose el corazón. No es que no me haya interesado nunca, los impulsos son innegables, pero he aprendido a caminar en el olvido. Nunca se me ha acercado una mujer hasta ese punto, o ha intercambiado miradas cómplices de deseo. Nadie me ha deseado nunca, ni yo he deseado nunca a nadie. Pero cuando la vi acercarse por la barra del bar, pasando la distancia de seguridad, la barrera que no pasa nadie, la línea que se le presupone a alguien como yo, supe que algo había cambiado en mí. ¿Conocéis los secretos de la seducción? ¿Quien entre vosotros se atrevería a decir que es un especialista en ligar?. ¿Sois de los que contáis la historia de cuando tocasteis vuestra primera teta? Solo hay una regla y es bien sencilla, hasta los repudiados como yo lo saben. Las mujeres eligen. Siempre y en cualquier caso. No se puede provocar el deseo femenino, tan solo despertarlo, desperezarlo. La mayoría de las veces es como hacer fuego con 2 palos. Después de lanzar indirectas como puñales certeros, el alcohol que tomamos y jugar con mi mano en su cuerpo acabó por llevarme a un oscuro rincón del bar donde me poseyó como si fuese la última noche del mundo, como si solo importase aquel momento, solo el presente, ni futuro ni pasado. Lo describo salvaje porque fue así como me sentí, justo después, me había atropellado un camión de 12 ejes y no entendía como podía haber pasado. Después de unas cuantas noches sucediendo lo mismo, llegué a pensar que se había despertado algo en mi. Eran como polillas atraídas por el fuego, atracción animal sin mas pretensiones que saciar sus instintos, como si fuésemos a morir un instante después. Cada noche cuando volvía a casa, me sentía vivo y violado al mismo tiempo. Diez días después me despidieron del trabajo obligándome a firmar el despido como término del contrato pese a no ser verdad. Nunca he querido desagradar a nadie, ni siquiera a los cabrones que me puteaban como estos. Era una contrariedad porque sin trabajo no podía pagarme copas en el local y empecé a salir caminando por la calle sin rumbo fijo. Y la mirada que veía cada noche en el bar, la veía en cada mujer que se fijaba en mí, todas cambiaban su mirada de indiferencia por una curiosidad felina y sexual, era algo que me asustaba, me estaba volviendo loco. Unos días después se acerco a mi en el parque un hombre que conocía del trabajo, era el médico de la compañía del seguro. Me contó que me habían despedido porque tenía un cáncer terminal, que se había agigantado en las últimas semanas, y que seguramente me quedaban meses de vida. La noticia no me conmocionó y a el le impresionó que así fuera, pero yo sabía que algo extraño estaba pasando, algo había cambiado en mí. Decidí recluirme en mi habitación hasta que se agotara el dinero Pasó el tiempo, no recuerdo cuanto exactamente, sobrevivía a base del menú de la cafetería, si se puede llamar sobrevivir a comer esa bazofia refrita 20 veces. Pero que mas daba, me iba a morir igual. Cuando vi mi reflejo en el espejo no podía creerlo, había adelgazado, pero no hasta límites enfermizos de las anorexicas, y la cara se me estaba transformando, las bolsas de los ojos no existían, la piel se me había estilizado, el pelo brillada misteriosamente, al igual que mis ojos. Los labios no estaban cortados sino que parecían jugosos y apetecibles, y mi nariz llena de granos estaba totalmente liberada, como esculpida por Miguel Angel. Entonces lo entendí, la muerte me hacía bello. Era atractivo por la misma muerte inminente, ellas no lo sabían, pero al final la polilla era yo, violada por el fuego en repetidas ocasiones. Puede que os penséis que me estoy vanagloriando de la muerte, pero ha ejercido una gran influencia en mi. Estoy resplandeciente, chocando frontalmente con las teorías sobre la desecación de una rosa como símil de la vida y la muerte, pues yo había nacido seco y la muerte, me otorgaba ahora la plenitud de la belleza, me había abierto cual flor en su madurez. Resultaba doloroso eso era lógico, pero era el mejor tratamiento de belleza jamás inventado. No necesitaré maquillaje en el funeral. La muerte es belleza, es continuación de ella, no es el final, es el comienzo de algo nuevo. Y el misterio que causa, es síntoma del morbo que provoco. ¿Nunca te has preguntado porque existe la necrofilia?. Quizás yo sea la respuesta.

6 comentarios:

Edu T. dijo...

Buen relato. Y las dos frases del final muy buenas.
Espero que pronto escribas algo más.

¡Un saludo!

P.D.: He puesto un link a tu blog en el mío. Espero que no te importe.

Vegetable Man dijo...

No problemo

Lienzo tierra dijo...

Hola!! Me gustó lo que escribiste! No lo haces nada mal!
Saludos ;-)

Natalia Maggi dijo...

gracias!
la foto me gusta mucho a mi también.
el texto salio de repente, jajaja.
muy lindo blog
un beso.

Miriam Montoya Martinez dijo...

interesting

increíble, pero confieso que es la primera vez que siento placer al leer un blog, sera por el delicioso texto o por la buena musica,(amo a the cure, y a los 13 floor elevators) déjame decirte que sabes hacer buena combinacion. (luego me dices como se llamo la rola de los stone age, porfa)

un final perfecto.
la muerte es una quimera; porque mientras tu existes, ella no. Y mientras ella existe, tu no.

permiteme darme el honor luego de poner el post en mi blog, creo que es exquisito
saludoS!

WABI dijo...

A esto le llamo yo UNA ENTRADA por la puerta grande. Me ha parecido brillante, aunque no soy ni de lejos un "lector habitual". Mucha fuerza. Me ha encantado.