Poluciones Nocturnas

Avanzo por el largo pasillo que lleva a tu cama.

Me siento como un depredador acechando, acercándome lentamente mientras duermes.

Observando tu respiración rítmica, adivino tus curvas debajo de las sábanas.

Recorro tus muslos con la vista hasta llegar a los hombros contemplando el pelo negro que te cae hasta la espalda, tu cara con expresión plácida pero turbada que busca algo que le falta torciendo la boca.

Respirando entrecortadamente como se hace en los sueños, me desnudo silenciosamente a tu lado separando las sábadas del colchón. Poco a poco me cuelo furtivamente en tus sueños, observando como duermes durante unos segundos, antes de que abras los ojos, y, sorprendida a la par que excitada, me mires a los ojos, y yo sienta que no hay nada que hablar.

Hacemos el amor apasionadamente con la luz del amanecer entrando por las rendijas de la ventana, me susurras palabras de amor al oido mientras, recorro tu sudorosa piel con mis manos y nos estremecemos de placer. Sigo mirando tus ojos y observo que estás llorando, tu te das cuenta y dices la primera palabra.

“No estoy acostumbrada a q las cosas me salgan bien”

"Yo tampoco, pero esta vez es diferente. Estoy seguro de ello. "

"¿Me lo prometes?"

"Te lo prometo".

Entonces te estalla el corazon y me abrazas como nadie lo había hecho jamás. Has creado una ola gigante, que se acerca rápidamente contra mí, golpeando una y otra vez mi coraza de hielo hasta derrumbarla por completo, aquella que tantos años tardé en exculpir contra el amor. Ese estúpido sentimiento capaz de mover el mundo.

Ahora se que yo también seria capaz de ello o de morir intentándolo.