jueves, 4 de septiembre de 2008

Gangrena Gaseosa

AVISO: Este relato contiene partes que pueden herir la sensibilidad. Gracias.



Gritos en la oscuridad, ya no puedo soportar el dolor. Me he limpiado la herida tantas veces que ya no sabría contarlas, pero sigue igual, aun peor si cabe.
Tengo desde hace semanas un agujero en el pie. Tan grande que al momento de crearse podía ver partes blancas dentro de él. Pero no puedo ir a ningún médico.

He probado toda clase de desinfectantes y no ha dado resultado, las partes rosadas que antes mostraban mi carne, se están ennegreciendo por momentos, y toda la zona se está hinchando como un globo. Ya no puedo seguir esperando, necesito medidas drásticas.
Cojo mi chaqueta y aprieto los dientes cada vez que doy un paso, el dolor es insostenible, pero tengo que aguantar.

Cojeando llego a la zona indeseable de la ciudad, tan peligrosa que la policía ya no pasa por aquí. Con un poco de suerte tendré tiempo de volver antes de que se percaten de mi presencia. Entro en el primer portal donde veo la señal de un camello y subo las viejas escaleras de madera medio encharcadas, procurando apartarme de los hongos de las paredes. En el primer piso está la misma marca en la puerta, hecha con tiza blanca. Llamo.

- Que quieres. – Una voz de hombre me da la bienvenida al submundo desde el otro lado de la puerta.

- China White.

Oigo claramente a alguien que utiliza la mirilla y después pasa lo que parece una eternidad antes de que se abra la puerta. Es un intermediario chapucero, pero seguramente tenga colegas armados en el piso. Tendré que andarme con cuidado, pero ese dato es precisamente indicativo de que estoy en el sitio correcto para mis intenciones.

- No tengo nada mas fuerte que San Pedro colega

- No me jodas. He visto la marca del China White.

- Yo no tengo esa mierda.

Me vuelve de nuevo el dolor inaguantable y no puedo evitar que se me escape un grito ahogado. Tengo que morderme la lengua hasta hacerme sangre para dejar de temblar. Se ha dado cuenta.

- Si que estas jodido chico.... Y obviamente no eres un poli, ninguno iria arrastrándose en tu estado para entrar aquí. Dime que es lo que quieres.

- TE LO ACABO DE DECIR! – Grito para olvidar el punzante dolor que me avisa de que mi pie está a punto de morir, y de arrastrarme a mi con él.

- Tranquilo hombre, no hace falta gritar.... – Gira el cuello y busca con la mirada algo dentro del piso. Hace un gesto afirmativo y en el acto cambia de actitud. – Serán quinientos. Espera un momento.

El desaparece dentro del piso y oigo sus pasos perderse hasta llegar, supongo, a la habitación que hacen servir de laboratorio. Tengo sudores frios y mareos continuos. Estoy seguro de que la fiebre me está subiendo rápidamente y mi corazón está fuera de control. Empiezo a molestarme con la tia que me hizo esto, lo estoy pasando bastante mal.... La puerta se abre y el portero me enseña la bolsa.

– Esta mierda anestesiaria a un caballo. No vayas a cagarla.

- No me jodas mamá. Toma la jodida pasta.

Mi mano se mete en mi bolsillo temblando y saco los billetes. Cojo la bolsa y me largo escaleras abajo. A cada paso la cosa empeora y estoy a punto de perder el conocimiento un par de veces, pero logro rehacerme y seguir andando antes de caerme redondo al suelo.

Me han jodido bien. Pero ha sido por mi culpa, ¿como pudo pasárseme la navaja que tenia debajo de la almohada?. Error de principiante, maldita sea. La cosa estaba empezando a ponerse interesante cuando le dio por acuchillarme. Mala suerte.

Consigo llegar a mi piso y haciendo un sobreesfuerzo abro la puerta. Vamos un paso más y estarás en el sofá. Pero antes necesitas los instrumentos.

Vacío una botella de alcohol en un jarrón y pongo el cuchillo mas grande de la cocina y unas tijeras dentro. El hierro de la cocina de tapar el fuego y el cinturón también los necesito, así como el vendaje de compresión lleno de pomada antibiótica. Todo ha de estar calculado al milímetro.

Enciendo la chimenea y tiro el hierro dentro. Muevo el sofá hasta estar cerca y traigo el taburete de la cocina. Lo preparo todo con esmero y con calma, pues solo podré empezar cuando esté fuera de mi cuerpo, mirando desde arriba.

Me preparo con calma. No puedo tener prisas ahora, una mínima equivocación y todo saldrá mal. La técnica requiere su tiempo, no se puede acelerar. Es todo un arte hacerlo bien.

Veo crepitar mi anestesia en la cuchara, ahora ya está listo. Absorbo y la mezclo con mi sangre. Al empujar el émbolo hacia dentro, mi espíritu salta de mis tripas, intentando salirse por mi boca, y después de unos segundos, lo consigue.

Ahora todo está ralentizado y vivo fuera del tiempo. Pero no puedo perderme en el placer demasiado tiempo, tengo trabajo que hacer. Cojo la jeringuilla y me la clavo en la mano suavemente. No siento nada. Es el momento.

Tengo el pie tan hinchado que ya no puedo sacarme la zapatilla. Cojo las tijeras y la voy cortando por los laterales, mientras veo como un monstruo deforme aparece, liberado de su prisión de cordones. Está peor de lo que imaginaba.

Ya no queda nada que me recuerde a un pie, es una masa deforme de un color rojo oscuro, con multitud de bultos que parecen erupciones y lo que antes era negro se ha vuelto púrpura. Es precioso. Ojala pudiera tocarlo, pero se que si lo hago seguramente moriré en minutos.

Aun se puede ver la forma de la hoja que me atravesó la carne, con la forma típica de haber retorcido el arma dentro. Gran trabajo Darling. Seguramente los asesinatos de mis otras víctimas habian llamado tu atención y yo habia bajado la guardia. Cosas que pasan. Debí darme cuenta, pero estaba demasiado excitado.


No se asustó cuando le enseñé los artilugios que tenía, solo me pidió mas dinero. Pero una vez llegado el momento, me dejé dominar por la ansiedad en vez de controlar la situación. Lo tenia todo listo ya para disfrutar despedazando su bonito cuerpo, pero ella se adelantó y me clavó un cuchillo enorme en el pié. Se largó corriendo y yo tuve que huir. Después de arreglarme yo, pienso saldar cuentas con ella, eso seguro.


Cojo el cinturón y me hago un torniquete por encima del tobillo, me la coloco encima del taburete y cojo el cuchillo. Antes de empezar necesito despedirme de el, necesito tocarlo. Alargo la mano y toco en el centro de la inflamación. Mi dedo se hunde casi imperceptiblemente y veo crepitar el interior. Se forman curiosas hondas, que se expanden, haciéndome temblar aunque no siento nada. Algo va mal y lo noto, me estoy desvaneciendo, y dentro de poco ya no existiré. Tengo que darme prisa.

Observo como mis ojos me ofrecen ahora una visión lluviosa, mientras no paran de abrirse y cerrarse con fuerza involuntariamente. Estoy sudando como un cerdo y noto que me estoy ahogando. Apoyo el cuchillo por encima del tobillo y consigo concentrarme para no cometer errores, ahora no puedo fallar.

La primera envestida es limpia, pero según voy avanzando los huesos y los tendones me dificultan el camino. Estoy perdiendo la cabeza por momentos. Ahora mi grotesca extremidad se ha convertido en un tronco de madera, y estoy sentado en medio de un campo de maíz. El aire corre oxigenando mis pulmones y si alargo la mano el tacto áspero de las espigas me hace cosquillas.

No soy consciente pero sigo cortando subiendo el esfuerzo cada vez, oyendo como la madera va cediendo a mi persistencia. Miro al frente y veo a mi madre animándome, prometiéndome una rica cena cuando acabe de cortar la leña. A su lado está mi padre, clavando la hazada en el suelo una y otra vez, sin descanso.

Vuelvo a mirar a la madera y veo que casi está, he vencido la parte mas dura y ahora solo me queda el último corte. Aprieto con fuerza el mango y el cuchillo corta la madera en dos pedazos. Me río y noto el sabor salado de mi sudor en los labios.

Miro al frente y vuelvo a ver a mi padre, clavando la hazada sin descanso, pero esta vez no la clava en el suelo, sino sobre mi madre, y todo está lleno de sangre. Una y otra vez, sin descanso, mientras tararea la canción de los enanitos de Blancanieves. Tengo que salir de aquí.

Cierra los ojos. Respira, uno, dos. Abre los ojos.

Ya estoy en la habitación. Alargo la mano hacia la chimenea y cojo el hierro incandescente. Tiene que ser sin pensar, hazlo rápido. Miro mi pierna y está aprisionada por la cuerda, de color morado. La deformidad está en el suelo, medio deshaciéndose en su jugo.

Agarro con las 2 manos el hierro y un segundo antes de que llegue a ponerlo sobre la incisión ya huelo a carne quemada. Sale un montón de humo pero aún no puedo anular la presión, un par de segundos mas y ya será suficiente.

Separo el hierro del muñón y lo pongo de nuevo en la chimenea. Rápidamente cojo las vendas rociadas de pomada antibiótica y me comprimo el muñón. El dolor me invade de nuevo y es tan intenso que no puedo pensar, un tremendo escalofrío me recorre la espalda y me tensa el cuerpo tan fuerte que estoy a punto de partirme por la mitad.

Ahora es mi padre el que ha traspasado los límites de mis sueños, y está dentro de la chimenea, totalmente quemado y con el cuchillo con el que me cortado en la mano.
Me falta oxígeno en el cerebro. Tengo que aflojar el torniquete. Rápido. Intento alargar la mano pero la tensión a la que está sometida mi cuerpo me lo impide. Empiezo a oir al canción de los enanitos muy cerca. RAPIDO!

Consigo aflojar el cinturón y me desvanezco un par de segundos, cayendo al suelo. Veo que el cuchillo está ahora en mi mano y que no hay nadie en la chimenea.
Me miro la pierna y no parece sangrar, pero empieza a doler de verdad, asi que necesitaré otra dosis de mi calmante.

Unos días de reposo y te encontraré, allá donde estés. No hemos terminado de jugar.

30 comentarios:

Laura dijo...

Soy bastante sensible para el tema de la sangre y tal, pero está tan bien narrado que apenas me he percatado de ello. Me ha gustado mucho la historia.

Gizela dijo...

Dios mio!!!
Debí, poner atención a la advertencia.
El café adquirió salobre fuerza sobre el azúcar que reposa en el fondo de la taza.
Termine con la piel rizada y el corazón en silencio.
MUY BUENA NARRACIÓN.
De ahora en adelante leeré con seriedad las advertencias y planearé mejor el horario para leerte jajaja
Un abrazo
Gizz

Anónimo dijo...

Lo leí anoche,y soñé con sirenas.

Tendrá algo que ver?

Y yo con estos pelos dijo...

Muy bueno el relato, aunque en alguna ocasion me ha dado un poquitin de cosilla pero me ha encantado lo bien escrito que esta en todo momento. Un saludo

Katrina Van Dassos dijo...

Alucinante.

Sabía yo que albergando Un Mundo Feliz, Porno, La Conjura de los Necios, Dinero, La Naranja Mecanina, Reservoir Dogs, Pulp Fiction, Scarface, Amanece que no es poco, Requiem por un sueño y El Padrino entre sus libros y películas preferidas... no podía fallar.
Me gusta, me gusta mucho.

Lo de "Es precioso. Ojala pudiera tocarlo, pero se que si lo hago seguramnte moriré en minutos." me ha arrancado carcajada. Menudo cuelgue que lleva el colega.

Le segurié la pista.
Un saludo.


PD: Bajo las etiquetas vicios y jerga de mi blog encontrará reseñas de libros que podrían ser de su agrado...

Conxa dijo...

la leeré más despacio.

¿Tú sabes lo que me cuesta leer las letras de color rojo???

luego te comento.

Yopopolin dijo...

gracias por pasarte por mi blog! bienvenido!! al menos me ha servido para descubrirte, si no nuca hubiera llegado hasta aqui...

un saludo!

Lienzo tierra dijo...

ufffffffffffffffffffffffffff

(no se me ocurre decir otra cosa ;-)

Atlántida dijo...

Yo también tendría que haber hecho caso a la advertencia ¡y eso que soy enfermera y trabajo en cirugía vascular! donde lo de ver gangrenas gaseosas no es algo que me sorprenda.

Pero este tío sádico me ha hecho remover las tripas, con esa sangre fría para cortarse su propia pierna y quedarse enamorado de la putrefacción de su pie, creo que repito: uuuuuuuuuuuuuuuffffffff!!!

With dijo...

Impresionante! Me ha encantado!

Dra Ziella.- dijo...

uaaaaaaahhh... increíble, soy bastante impresionable, pero ,mantuvo mi atención expectante, muy buen hilo en el relato.. excelente la música... volveré aunque preparada haciendo caso a tu advertencia inicial...

Gracias por pasarte por mi blog y bienvenido a esta permuta de posteos y algo mas...
Te dejo un beso
Regresare...

Tesa dijo...

Es bueno, bien escrito y descrito.
Me gusta.

Poeta Errante dijo...

Soy de esas personas que consideran que la sangre es increíble. Asi que imaginate, me encantó todo lo que he leído. Y el final...no pudo ser mejor.

Gracias por pasar! Volvé cuando quieras.

Saludos cordiales!

ChaPa ((( 22 ))) dijo...

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!


Terrible!!!




ChaPa ((( 22 )))

Rara Avis dijo...

Pues mira que a mi esta clase de advertencias me encantan... solo hacen que siga hacia adelante... y que contarte con los temas de la sangre... jajajajaja

Me ha encantado... que decirte.... yo soy así!!!!

Conxa dijo...

bueno, pues ya lo he leido.
No es mi tipo de lectura,pero esta bien, consigues crear el ambiente adecuado,el relato es rápido de leer.Y hay un momento que duele y todo.

Muy bien vegetable.

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Gracias por visitar mi blog, sobre todo porque me hiciste descubrir el tuyo. Me gustó mucho tu relato, me tuvo en vilo de principio a fin.
Saludos :)

ana_marie dijo...

gracias por el comment en mi blog... me gustó mucho tu escrito...

Natacha dijo...

Ufff, me has tenido en vilo... extraordinario relato, amigo. Espero no perderme el final.
Te invito a mi blog de relatos. Es un nuevo proyecto y me gustaría contar contigo.
Pasate y me dices si te agrada.

relatocompleto-relatocomansi.blogspot.com

Un beso, amigo. Gracias por darte a conocer. Ha sido un placer leerte.
Natacha.

Claudia Sixx dijo...

Buenisima narracion, super impactante...

saludos.

Castel dijo...

muy largo para leerlo!!

sin embargo, el blog esta bueno!

saludos

Anónimo dijo...

Imagina una película que comenzara así. Sin prolegomenos sobre el asesino ni nada. Que esa situación fuese el punto de partida d la historia.

PD: Si pudiera hacer que el Copyright no apareciese sería mucho más facil de leer para los que abusamos del teclado. Y el prblema es que no salta cuando seleccionas con el ratón, con lo cual te lo pueden copiar perfectamente. Tenlo en cuenta..

Un saludo..

J.C. dijo...

jajaja! esto es gore carajo!! Sadismo en estado puro, que tal desquiciado tu personaje, claro si es que realmente no fuiste tu el protagonista.
Esos detalles exquisitos, y el placer que sientes al contarlo son el ingrediente que le da ese sabor tan macabramente delisioso. Hiciste que mi mente volara. Hasta luego.

Juan Carlos.

KLAU dijo...

EX-CE-LEN-TE !!!!!!!!!!!!!!!

TE FELICITO. ME FASCINA ESTE TIPO DE LITERATURA Y LO HACES MARAVILLOSAMENTE !!!

TE RECOMIENDO A MI MEJOR AMIGO MANUEL AMARO http://manuelamaroparrado.blogspot.com/
HACE RELATOS FANTASTICOS, SU LIBRO FOBOS ESTA EN PARTE EN SU BLOG

LE RECOMENDARE QUE TE VISITE, LE FASCINARAS TAMBIEN.

GRACIAS POR VISITARME
BESOS
MILES
KLAU ♥

senorakravitz dijo...

Fascinante....
escatología

KLAU dijo...

GRACIAS POR PASAR NUEVAMENTE
REALMENTE CREO QUE ME IDENTIFICO CON VOS EN UN MONTON DE COSAS THE STOOGES THE FULL MOON (SI ME PERMITES ME LA VOY A LLEVAR A MI OTRO SITIO EL QUE VOY A DEJARTE AHORA PARA PODER ENLAZARTE COMO ME GUSTARIA)
LA CLASE DE RELATOS, GIGER___________
SOY UNA ENNNFERRRRMA FANATICA DE SU ARTE

NO ME IMPRESIONO FACILMENTE
ME FASCINO Y ME DESILUCIONO FACILMENTE
ME FASCINA MI LADO OSCURO
NO ME AVERGUENZA TENERLO

NOS HEMOS ENCONTRADO
QUE BUENO LO CELEBRO

BESOS
AL ESTILO Q MAS TE PLAZCA
KLAU

El Titán dijo...

Excelente relato...pero la mina no fue directo al grano: yo me hubiese entretenido en otra parte anatomica de ese ser desalmado, carnico, edipo extraterrestre...

Manuel Amaro dijo...

Buena historia.
Ese tipo tiene una idea de "jugar" un poco extraña, jajaja.
Un abrazo!!!

panterablanca dijo...

Voy a hacer una aportación que quizá te interese, y si no, no pasa nada. La cangrena es carne que se está pudriendo, carne en descomposición, así que debería oler mal, y si no recuerdo mal, no mencionas ese detalle antes de que se corte el pie. Por lo demás me ha gustado mucho :-)
Un lametón de pantera.

Karla dijo...

Que angustia...increíblemente bien relatado, lo estaba viendo..
Besos